Mi
percepción docente
Me acuerdo
perfectamente del mes de julio de 1983, fecha en que el Benemérito Instituto Normal del Estado “Juan Crisóstomo
Bonilla” entregó a la sociedad una generación más de mentores de la cual
formaba parte, y me sentía orgulloso
porque se cristalizaba mi esfuerzo , dedicación y sacrificio de cuatro
años de estudio en la obtención de mi título
como Profesor de Educación Primaria.
Mi
satisfacción alternaba ahora con un nuevo reto, mi ingreso al servicio para ejercer la noble tarea de ser maestro. Ser
persistente no es fácil, comparando, es
como participar en una maratón donde la resistencia es una condición primordial.
¡Uf!, al fin el 16 de octubre de 1983,
la Secretaría de Educación Pública del Estado respondió satisfactoriamente a mi petición otorgándome la orden de
adscripción para ejercerla
en la Escuela Primaria Federal
“Emiliano Zapata”, ubicada en la junta auxiliar de Tuxtla, Zapotitlán de
Méndez; Puebla, bellísimo lugar de la Sierra Nororiental del Estado.
Llegar a Tuxtla en ese tiempo no era fácil,
implicaba caminar hora y media con la
mochila a cuestas con víveres, ropa y algún otro implemento, pero no importaba, si
lo que deseaba era conocer a mis alumnos. Bueno, y como dice el viejo refrán: “no hay
fecha que no llegue ni plazo que no se cumpla”. Así, la mañana del 27 de octubre de 1983 llegue a Tuxtla mi comunidad, sí, digo mi comunidad porque las circunstancias me invitaban
a trabajar y a convivir con ella. El maestro Tobías, Director de la
Escuela y al que todos llamaban
Tobi me asignó el primer grado grupo B de 38 alumnos, de ellos: cuatro hablaban español
y totonaco, el resto hablaba más totonaco que español. De momento esta
situación me pareció difícil, pero muy difícil y hasta llegue a pensar que era
imposible enseñar matemáticas, a leer y
escribir a mis niños en estas condiciones. De pronto, como si hubiera evocado a
mi progenitor, escuche con voz firme sus sabias palabras que siempre me dijo: hijo
en la vida nada es fácil, pero tampoco imposible, la vida tiene
sus dificultades, se creativo y sobre
todo ten la fe de que lo emprendas lo vas a lograr. De verdad que esta
situación me invitó a platicar
con mi conciencia y a reflexionar el cómo enfrentar y resolver las dificultades o bien caer en la
mediocridad. Aunque me angustiaba un
poco, debo decir que esta situación la considere
como una ventana de oportunidad a fin de demostrar mis
conocimientos y estrategias para enfrentar
el reto, ya que mi meta giraba en torno a que todos mis alumnos
aprendieran matemáticas, a leer y escribir. Con firmeza y tino aplique a algunas estrategias:
establecí comunicación permanente con mis compañeros docentes de más antigüedad
en la escuela y de zona, para que me
compartieran sus experiencias en torno a la aplicación del método global de
análisis estructural para la enseñanza de la lectura y escritura que estaba en
boga en esos tiempos, investigué más sobre que otros métodos pudiera aplicar,
elaboré un diccionario español totonaco
a efecto de favorecer la comunicación
maestro alumno, aproveché la fortaleza comunicativa y el liderazgo de mis alumnos : Nazario, Yolanda, Heraclio y
Lucila para que apoyaran a sus compañeros en su aprendizaje; finalmente opte por laborar tres veces a la semana con el grupo en horario
extra clase combinando los objetivos con la
música y la pintura . Mis resultados no
fueron excelentes pero tampoco desastrosos; ya que la mayoría de alumnos
aprendió a leer, a escribir y lo
elemental de matemáticas. Puedo externar con honestidad que supere el reto, y se acrecentó mi pasión
por enseñar, gracias a la vida que ya me dio la oportunidad de ejercer 29 años en educación distribuidos
en los niveles de: Primaria, Secundaria y Medio Superior. Sin embargo, haciendo
eco a las palabras de Miguel Ángel Cornejo “el maestro jamás debe ser un producto acabado”, en este sentido mi
primer año de servicio docente me hizo entender que debo estar en
constante proceso de capacitación y actualización, ser creativo e innovador entre otras cosas. Mi tránsito de docente a directivo ha sido
consecuencia de mi dedicación, responsabilidad y entrega al trabajo, de innovar
para generar cambios en lo personal e institucional, de diseñar
metas, de atreverme a enfrentar retos y de apostarle siempre a la superación
profesional y laboral como expectativa.
Actualmente
desempeño la función de jefe de
enseñanza en la zona 7 de Escuelas Secundarias Técnicas, me preocupo y ocupo en
conocer planes y programas de educación básica vigentes para: orientar, asesorar y acompañar a los
docentes en el proceso enseñanza aprendizaje, en contribuir y proponer acciones de mejora para elevar la
calidad educativa, en participar en el
Consejo Técnico Consultivo, en promover
la evaluación como herramienta
para mejorar, en promover la capacitación y actualización del personal en
función de sus necesidades y en fomentar la comunicación de todos los actores
educativos. Estas acciones las ejerzo con un alto sentido profesional, responsable y comprometido en lo personal; con el firme propósito de trascender.
de
la rosa fuentes_palemón_MiPercepciónDocente.doc.
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